martes, 10 de febrero de 2009

SESIÓN VEINTIUNO

JORGE: Hoy no sé cómo empezar mi sesión, ¿es mía la sesión? ¿es suya? ¿es de quien la trabaja? ¿es de quien la paga? En fin, menos vueltas, voy a tomar una decisión: no se podría llamar sesión si faltara alguno de sus elementos. ¡Qué afán de propiedad! Tal vez estoy hablando de esto porque estoy pensando..., quiero averiguar, qué es Ella para mí, y qué soy yo para Ella, digo Ella pero es que se llama así, se pronuncia Ela, pero a mí me gusta llamarla Ella. ¡Ja, ja, ja! Yo soy propietario de Ella, no de la persona sino del nombre con que la nombro. ¡Mi sentido de la propiedad privada es extrema, privada, privada a la circulación, ¡no quiero que circule por otros brazos, no quiero! ¡no quiero!
PSICOANALISTA: ¡Cálmese, su sesión no se la puedo dar a nadie más, es suya y de nadie más, cada vez se la lleva puesta!
JORGE: ¡Es como una segunda piel!, ¿o primera piel?
PSICOANALISTA: La respuesta, a veces, es la desgracia de la pregunta.
JORGE: En realidad no sé si la quiero, todos mis circunvalaciones son porque esta vez me gustaría comenzar una relación sabiendo si va a ser para siempre o si esta vez también va a fracasar.
PSICOANALISTA: ¡El duro deseo de durar! Nadie sabe cuando va a morir pero se vive mejor cuando se hace pensando una vida duradera.
JORGE: Sí, eso es muy bonito, pero cómo se logra pensar así...¿tal vez comenzando relaciones que pueden ser duraderas? Yo no comienzo relaciones porque antes de comenzar ya pienso que no van a durar. Si lo pienso bien, todo lo que hice fue cuando dejé de interesarme por el tiempo que me iba a llevar hacerlo o aprenderlo. Me ha dado lo que yo ya tenía...no se si protestar o agradecerle...agradecerle sería cumplir con el pago previamente establecido ¿no?
PSICOANALISTA: ¿Parece que no es necesario tener para dar?
JORGE: A veces estamos esperando tener para dar y claro lo que el otro necesita no es lo que yo tengo, lo que el otro necesita es lo que tiene y no puede hacer uso de ello...o... ayer estuve en una conferencia de un psicoanalista muy importante, creo que es de su Escuela, tal vez sea su psicoanalista, ¡Ah, qué ocurrencia! A lo que iba, hablaba de las relaciones sexuales, de que el amor es dar lo que no se tiene a quien no es, y en un momento dijo que el hombre daba a la mujer lo que él no tenía: la vagina, y la mujer daba al hombre lo que ella no tenía: el pene. ¡Es sorprendente, pero cierto! Cuando Ella me desea yo soy el hombre más potente del ...momento actual...¿no querré decir que usted me ha hecho potente, eh, doctor?
PSICOANALISTA: Si a usted le parece.
JORGE: Me parece que sí, doctor, porque yo antes de ahora me creía potente, pero ahora no me lo creo, ¡lo soy!
PSICOANALISTA: ¿Tal vez ha aprendido a hablar?
JORGE: "Primero copulan los significantes y después terminan copulando quienes los portan", algo así, también dijeron ayer, en la conferencia...¿le ha llamado mi amigo Teodoro?¿No llamó todavía? Le ha dado su número a un amigo...bueno le dije que lo buscara en la guía...es que me lo pidió a destiempo...siempre es el mismo, siempre intempestivo, siempre interrumpiendo...no quiero decir que pueda interrumpir mi relación con usted...¡qué caprichoso, querer comenzar una relación con...con...no puedo ni decirlo...
PSICOANALISTA: ¿Tal vez sea esa la relación que no quiere que comience?
JORGE: Tal vez, tal vez...no sé porqué tengo estos problemas amorosos.
PSICOANALISTA: Tal vez porque deprecia un poco a los otros.
JORGE: ¿Por qué dice eso? Iba a decir que pienso que el otro si tiene que querer a dos personas o usted si tiene a otro paciente a quien pensar, va a poder menos...dije, va a poder menos...tal vez si que deprecio a los otros, los otros...usted, Ella, y todas mis relaciones....o sea que la envidia y los celos, ayer decía el profesor que cuando hay envidia no hay más de dos y cuando hay celos hay más de tres, ¡ja,ja,ja! decía que los celos son deseo, que son una puerta de entrada a lo social...el psicoanálisis es algo diferente, no se parece a nada conocido, siempre dice algo nuevo de las cuestiones de siempre....Ya sé que usted puede conmigo, con Teodoro y con muchos más...yo sé que en mi horario usted es todo para mí..., me refiero a su trabajo.
PSICOANALISTA: ¿Continuamos la próxima?
JORGE: Sí, doctor, hasta la próxima.
Jorge bajaba las escaleras pensando que estaba muy contento "he descubierto que yo soy el mal pensado y que estoy rodeado de personas inteligentes que me aman, ...aunque seguro que menos que el doctor... ¡No seas envidioso, Jorge!".

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