lunes, 13 de julio de 2009

SESENTA Y DOS

JORGE: Cambiamos constantemetne de imagen, pero cuando no sé qué soy, cómo me toca comportarme en esa ocasión, entro en angustia, he perdido la imagen de mí. Se necesita un alto grado de narcisismo para no entrar en angustia. Antes de comenzar mi análisis entraba en angustia cada día, siempre había un momento del día...¿qué tipo de esposo tengo que ser? ¿qué tipo de padre? ¿qué especie de arquitecto? ¿qué hijo?¿qué hermano?...ahora esas preguntas han dejado de ser preguntas, acepto ser padre, hijo, esposo, amante, arquitecto, hermano, etc...antes no sabía si quería ser lo que ya era, ahora acepto y sumo, ahora soy paciente y no me pregunto qué tipo de paciente quiero ser, sé que se trata de ir haciéndome paciente, que no hay ningún padre o paciente que lo sea de la misma manera, la función es semejante, hago lo que hay que hacer, soy paciente para alguien, para un psicoanalista, soy padre para un hijo, soy para, no soy aislado, no soy un ente, somos entre otros y entre palabras que apalabran, que pactan...somos después del pacto, hay que acordar, decidir, después es fácil, sólo queda trabajar en esa dirección, ¿no le parece?



PSICOANALISTA: ¿Le parece que no voy en la dirección correcta?



JORGE: Ahora que lo dice, hoy estuve pensando en sus vacaciones, ¿le parece correcto despertar en los pacientes la idea de la muerte del psicoanalista?



PSICOANALISTA: ¿Por qué, antes esa idea estaba dormida?



JORGE: ¡Ja, ja, ja! usted siempre tan hábil, tal vez sea una oportunidad para analizar nuestros deseos de muerte... tal vez sean mis deseos de morir...morir por el camino más largo, el camino de la vida...espero que no me traicione y vuelva a su trabajo...sé que usted es muy trabajador, nunca ha faltado a su trabajo...lo cual no asegura nada...que sea desde siempre no quiere decir que sea para siempre...



PSICOANALISTA: Sí, las vacaciones existen desde siempre, pero no son para siempre.



JORGE: Hoy he soñado que era el fin del mundo y que se terminaba el psicoanálisis...si se terminara mi psicoanálisis sería para mí como el fin del mundo...terminar, no es ex-terminar, terminar fuera, además yo le pago sus vacaciones, porque quiero que las personas que trabajan para mí tengan las condiciones normales de trabajo, no quiero "explotar" a nadie y menos a mi psicoanalista, que trabaja para mí haciendo que sea yo el que trabaje y el que pague...por eso "explotar" también me hizo pensar en una explosión, en un atentado...¡ja,ja,ja!, me río porque recuerdo una conversación que he tenido con un nuevo amigo que conozco desde hace dos semanas y parece que nos conocemos desde siempre...,por el modo en que conversamos... él es psicólogo pero trabaja de músico, pero habla de sus amigos psicólogos que se enfurecen porque hay pacientes "terribles" ...usted sin embargo yo sé que no se toma a mal mis palabras porque sabe que son palabras, texto manifiesto, sé que no me cree ni deja de creerme..., saberse escuchado permite hablar...mi amigo no trabaja porque piensa que nadie debería contar sus pensamientos más íntimos a nadie...todavía cree que psicoanalizarse es contar pensamientos y también cree que hay pensamientos "íntimos"...no sabe del trabajo...no sabe que todo se produce...también los pensamientos...y que cuanto menos pretendas que sean inteligentes, cuantas menos pretensiones conscientes, más inteligentes son los pensamientos...en fin su ignorancia le impide trabajar...y dar a otros...también puede ser un egoísmo...se lo queda sólo para él, rompe la cadena de recibir y dar...¡qué diferente es pensar primero recibir y luego dar!. Comprar para vender es diferente a vender para comprar, incluso pertenecen a tiempos diferente.


PSICOANALISTA: Parece que las diferencias están establecidas




JORGE: Sí, el dinero no es la cantidad de dinero que tengo , el dinero es circulando, por eso que lo importante es el uso del dinero, no es lo mismo comprar psicoanálisis que vender proyectos de arquitectura...no es lo mismo comprar que vender...comprarle que venderme...


PSICOANALISTA: ¿Cuándo paga su análisis me hace suyo? ¿Le parece romántico o perverso?

JORGE: Dicho así suena perverso, es cierto que tengo una idea: cuando amo a alguien lo siento de mi propiedad, tal vez crea que la gente se vende por amor ¿ o seré yo el comprable?... hablando de compra...tal vez quiera saber cuánto costaría que usted no se tomara las vacaciones...¿será comprable?
PSICOANALISTA: ¿Compra-hable? ¿Quiere hablar de alguna compra?
JORGE: He pensado en comprar, no quiero comprar algo para vivir porque todavía no sé cómo quiero vivir, pero me gustaría comprar para aprender a comprar, y no hablo de aprender a comprar lo que todavía no he comprado sino a ejercer el verbo comprar...nos vendemos por casi nada y somos imcomprables, ¡qué paradoja y qué contradicción! Cuando no hay de esto no hay humano, no hay una mano que se ata y se desata...cuánto tiempo viviré amarrado a palabras escritas por otros...sólo así podré amarrarme a la cadena interminable...
PSICOANALISTA: Continuamos la próxima
JORGE: Hasta después de vacaciones.
Jorge caminaba contento de haber sido feliz en la despedida, y mientras se acercaba al lugar donde había quedado con un amigo pensó, "nunca sabemos hasta después, sin embargo padecemos de pre-senti-miento y de pensa-miento previo, a veces...esperaré como un poema después de ser escrito"
















jueves, 2 de julio de 2009

SESIÓN SESENTA Y UNA

JORGE: Que no sea para siempre no quiere decir que no se pueda pactar...ese miedo al compromiso, cuando el compromiso nos introduce en una dimensión de libertad...mi compromiso con la arquitectura me permite trabajar...el temor de que el compromiso sea para siempre, a veces, no permite pactar...además los pactos generan relaciones...cualquier proyecto te pone en relación con otros...en general uno cree que ha elegido sus relaciones cuando en realidad sus decisiones han elegido sus relaciones..., cuando tomé la decisión de estudiar arquitectura, esa decisión me puso en relación con mis profesores, mis compañeros de carrera, etc... cuando tomé la decisión de vivir en Madrid...cuando tomé la decisión de psicoanalizarme...le conocí a usted...conocer es un término muy preciso y muy impreciso al mismo tiempo, no sé nada acerca de su vida cotidiana, tampoco sé nada acerca de sus gustos y, sin embargo, le conozco como nadie le conoce...cada persona conoce al otro como nadie más, por eso que no somos un cúmulo de datos biográficos...¿no le parece?


PSICOANALISTA: Usted sabe cuando me voy de vacaciones porque se lo he dicho yo


JORGE: ¡Ja, ja, ja! ¿Quiere decir que todo lo que yo sé de usted ha sido por sus palabras? Tal vez, cada cual sabe del otro por las palabras dichas, las no dichas, las dichas no, lo indecible... y todo ello marcado por el deseo...y todo esto dentro de un pacto, porque fuera de los pactos no hay nada...no hay masa, o grupo, o empresa, o formación social, hasta que no hay lazos, hasta que no hay pactos...no es lo mismo una masa de gente paseando por la Gran Vía o por Las Ramblas, que una masa de gente organizada..., usted y yo somos una masa organizada...dice Freud que hay masas de dos...incluso una persona sola puede ser una masa organizada...Freud mismo, si alguien nombra el psicoanálisis en una isla donde nadie más conoce el psicoanálisis, por ser nombrado el psicoanálisis existe..."un hombre apenas muere si otro hombre lo nombra"...a Freud lo nombran millones y millones desde hace siglos...lo nombraron en el siglo XIX, en el XX y en el XXI...y lo seguirán nombrando...¿Cuánto más te nombren más existes?...También se dice "me voy a acordar de usted" en tono amenazante...


PSICOANALISTA: Sólo son unas vacaciones, no es un atentado contra usted.


JORGE: A veces pienso que el mundo se pone contra mí...y se me parte el corazón..., una parte se queda conmigo y otra se va con usted...bueno, dicen que hasta de un perro sarnoso duele separarse...


PSICOANALISTA: Tal vez se anticipa, todavía no me he ido, usted sufre por lo que no sabe.


JORGE: Muchas veces lo veo en los otros, imaginan que sufren y sufren, pero no por el hecho sino por su pensamiento..., realmente se padece de pensamientos. "Ya es la hora embrujada de la noche en que se abren los sepulcros y el infierno exhala al mundo su infección"...quiero unas vacaciones culturales...viajaré a Viena...visitaré a Freud...parece que no puedo olvidar sus vacaciones...hoy he leído una reseña de un libro de un psicólogo y psicoanalista, que acaba de morir...tal vez hablando de un psicoanalista muerto quiera hablar de usted en vacaciones...¿será para mí como un psicoanalista muerto?...entre palabras, en lo interdicto, lo que no puede ser dicho se dice entre palabras...este psicoanalista llamaba "infelicidad común" a lo que Freud llama "infortunio corriente", ¡bastante tendencioso!, hay una tendencia a pensar el infortunio corriente, normal, "no hay amor recíproco"...que no es infelicidad común, porque si hubiera amor recíproco sería peor, no seríamos humanos, "no somos animales gregarios", que no es infelicidad común sino que la novedad es que "Hay Uno y sólo Uno", me parece que Freud quiere decir "infortunio normal", que se requiere un trabajo para conseguir ser lo que uno ya es, por ejemplo he escuchado decir a Menassa que se necesitan 30 años para ser heterosexual, que no hay ninguna posición sexual que se llegue sin más...y esto no es "infelicidad común" sino un "infortuinio corriente", normal, que hace a la normalización...
PSICOANALISTA: ¿Las vacaciones de su psicoanalista no son una "infelicidad común" sino un "infortunio corriente", normal?
JORGE: Parece que lo voy aceptando..., aunque siga sin estar de acuerdo...yo que pensaba que ser médico, psicoanalista, maestro, eran profesiones de entrega absoluta...aunque lo absoluto no es humano, es esencialista...esa imperfección en usted me va a permitir ser un paciente imperfecto...quizás lo imperfecto sea una parte de la perfección...al fin y al cabo hay tiempos del verbo que se denominan imperfectos y no es nada peyorativo...tal vez me estoy civilizando...tal vez...
PSICOANALISTA: Podemos continuar la próxima.
JORGE: Gracias por permitírmelo, hasta la próxima.
Jorge caminaba pensando "la posibilidad de que mi psicoanalista no esté me ha hecho darme cuenta que ahora está, su posible ausencia me ha permitido valorar su presencia, tal vez tendría que dar las gracias porque mi psicoanalista trabaje 11 meses al año..., ¡vivan los infortunios corrientes! ¡abajo las miserias neuróticas!"