domingo, 20 de septiembre de 2009

SESIÓN SESENTA Y CUATRO

JORGE: Cuando lo que es fácil me resulta difícil es porque hay una manera de pensar que tiene que cambiar en mí, una manera de pensar el hacer o el no hacer...tengo por costumbre o tenía porque si lo puedo hablar ya no me pasa eso que me pasaba...tenía por costumbre mirar hacia el pasado buscando lo no hecho, podría decir que el pasado era una de las fuentes de mi remordimiento, re-morderse, morderse y morderse, mi alto grado de narcisismo en lugar de estar legislado en la organización de un proyecto se saciaba en mí mismo, me perdía gran parte del mundo, mi relación con los mayores, con lo hecho por otros, el mundo de mis compañeros y el mundo que nace después de mí...en definitiva, el perdido era yo, el mundo me perdía y yo era lo perdido...me alegra haberme encontrado...en este mundo...en esta vida...en este análisis...hoy no quería venir, y ¡no me pregunte cómo lo sabía! No es algo que pensé o sentí o se me ocurrió, es una frase que digo ahora y tiene su sentido ahí donde la he dicho...


PSICOANALISTA: ¿Tal vez no quería venir a ese tema?


JORGE: He llegado a aceptar a los otros, eso es verdad, pero no quiero saber nada de ello...del ello que se juega en mí cuando hay otros, cuando esos otros marcan con su pulsión su frase, cuando...
Suena un teléfono...
PSICOANALISTA: ¿Continuamos la próxima?
JORGE: ¿Si el teléfono es más importante que yo?
PSICOANALISTA: En todo caso es tan importante como su sesión...pero también es cierto que usted, a veces, se pone delante de sus cosas.
JORGE: Menos mal que, al menos, logré arrancarle una interpretación ...
PSICOANALISTA: Las intepretaciones se producen... no son mías
JORGE: ¡Ah!! Eso quiere decir que tampoco son mías...bueno lo serán si las hago mías. Gracias
por atenderme. Pienso que me ha atendido pudiendo haberme suspendido la sesión desde el comienzo.
Jorge caminaba hacia su coche con una alegría imprevista y pensó "estoy crecido, psicoanalíticamente hablando, puedo lo que no imaginaba poder."