domingo, 22 de febrero de 2009

SESIÓN VEINTIOCHO

JORGE: Parece que el tiempo no pasa, ¿será porque se queda? Se queda entre nosotros..., los humanos...., ¡esos futuros cadáveres! A veces me da una alegría malsana y otras paraliza en mí hasta ... quiero decir que entro en guerra con todos y con todo, no sé, me pregunto cómo cada pequeño gran hombre encuentra una manera de sobrevivir..., para todos hay un destino, todas son vidas, hay tantas vidas como personas, tantas realidades como narices..., ¡qué narices!, entramos en la tristeza o en el dolor de existir por una frase, como en cualquier sentimiento, los celos mismos..., una vez ví como mi mujer se besaba con mi mejor amigo..., después resultó que no era ella y tampoco era él, sin embargo lo que más me había llamado la atención es que la escena me había excitado..., otro día mi mujer dijo algo acerca de lo bien que jugaba al golf ese mismo amigo y me dio una punzada al corazón, llegué a creer que me iba a dar un infarto, después pensé que eran celos y se me fue pasando, sin embargo todavía hoy cuando lo recuerdo me da un pequeño temblor...¡el poder de las frases! ¿no le parece doctor?
PSICOANALISTA: A mí me parece que las frases no se dicen solas.
JORGE: ¿Quiere decir que nos afectan las personas no las frases? Incluso si no habla, la presencia de una persona produce en otra un cierto temblor, un no saber quién es quién, no sabemos si el otro es yo o yo soy el otro, en realidad cuando habla me empiezo a tranquilizar...
PSICOANALISTA: ¿Le parece que se inquieta más cuando no hablo que cuando hablo?
JORGE: ¡Ése es un buen ejemplo!, usted me inquieta siempre o no me inquieta nunca, quiero decir que hay sesiones en las que estoy sumergido en una inquietud y una zozobra que parecen interminables y sin darme cuenta paso a otro estado, en cambio hay otras en que no me pasa nada, me parece incluso más fácil estar con usted que con un amigo y de pronto me encuentro perdido y me vuelvo a encontrar de manera sucesiva..., tal vez sean estados por los que paso sin darme cuenta y en sesión se hacen palpables..., me gustan las sesiones porque es como si estuviera ante mi propia presencia, ¡no es fácil! Sólo el dolor, el displacer, el malestar o algo parecido me hace... sentirme, mientras que aquí sólo necesito estar en su presencia...¿es mi presencia o es su presencia? Tal vez necesitemos la presencia de otro para sentir la propia...el otro nos hace temblar porque su presencia nos recuerda nuestra presencia...y nuestra futura ausencia...¡ah, la próxima semana tengo un viaje de trabajo! ¿Me podrá cambiar...la sesión?
PSICOANALISTA: Me parece que me ha dicho que si le cambio la sesión será como cambiarle a usted, seguramente me haría una escena de celos, algo que no es necesario, así que mejor hacemos las sesiones como se han producido...en su ausencia.
JORGE: ¡Ja, ja,ja! ¡Me da una alegría incomprensible, casi soy feliz! Debe ser el efecto de haber sido escuchado, estuve dudando entre decir que viajaba o hacerlo y no avisar, entre avisar cuando estuviera viajando o hacer las sesiones por teléfono, fui descartando cada una de ellas sin llegar a ninguna decisión, también pensé en decirle que nos veíamos la semana siguiente y pagar sin más las sesiones acordadas...me produce un placer inédito...que se haya producido de esta manera...además se dice que la ausencia es la forma más fuerte de la presencia, porque tienes que presentificar la ausencia, ¿pensará en mí?, en cambio en presencia lo que acontece es la ausentificación de la presencia...quiero decir que presencia y ausencia están en el mismo nivel...¿y por qué me ha dicho ausencia y no falta? ¿Voy a estar ausente o voy a faltar? La que podría faltar es mi sesión, usted podría faltar yo sólo puedo estar ausente, bueno si cuando usted falta yo acepto tener sesión sería una ausencia, pero si acepto cambiar el horario...son formas de aprender a relacionarse con la realidad...La falta es una falta simbólica, es en un orden simbólico, en una serie de números podemos observar si falta uno de ellos...no está ausente...falta....mientras que en una clase si falta el profesor en realidad está ausente..., porque el lugar del profesor no falta..., sólo falta la persona que ocupa la función...es como un padre...el padre nunca falta...todos somos hijos de padre y madre...aunque haya muerto...no falta...ya sé que se usan de manera semejante...pero no es lo mismo...ahora que no voy a faltar a mis sesiones sino que sólo voy a estar ausente...cuando algo falta el registro está ausente...en cambio en la ausencia no falta el registro.
PSICOANALISTA: Podemos continuar la próxima
JORGE: Gracias doctor, podemos continuar la próxima.
Jorge caminaba pensando "dice más de mí donde no estoy que donde estoy, como cuando vemos a alguien donde no le corresponde estar, enseguida sospechamos, si es un hombre o una mujer, probablemtne sospechamos de infidelidad. ¿Pensaré que mi viaje es una infidelidad a mi psicoanálisis o a mi psicoanalista?"

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