sábado, 7 de febrero de 2009

SESIÓN DIECISIETE

JORGE: La civilización actual no tiene realmente una patria determinada, aunque haya tenido sus orígenes en alguna de ellas.
JAVIER (hijo de Jorge): Quieres decir que no es correcto decir la cultura argentina, la cultura española, la cultura francesa, la cultura inglesa, la cultura alemana, etc.
JORGE: Así es, después de haber sido prehistórica, de haber sido india, de haber sido egipcia, de haber sido griega, de haber sido romana, de haber sido europea...la civilización es civilización humana.
JAVIER: A veces decimos civilización y otras veces cultura, ¿cuál es la diferencia?
JORGE: Son formas de llamar a lo mismo, aunque algunos diferencian lo tecnológico por un lado y el resto por otro, pero ambos son productos culturales, productos estructurados por el lenguaje, podríamos considerar que la cultura es la suma de todas las producciones e instituciones que protegen al humano de las fuerzas de la naturaleza y regulan las relaciones de los humanos entre sí. El Arte, la Religión, la Ciencia, el Derecho u organización social, son las grandes instituciones culturales, y lo digo en singular porque son funciones, se trate del arte que sea, la religión, la ciencia o la organización social que sean .
JAVIER: La libertad individual, por ejemplo, ¿sería una producción cultural?
JORGE: Un hombre solo no existe, la libertad individual es un delirio, una pesadilla, algo que nos desvía de lo humano. La libertad individual no es un bien cultural, pues era máxima antes de toda cultura, aunque entonces carecía de valor, porque el individuo apenas era capaz de defenderla, estaba demasiado ocupado en defenderse de las fuerzas de la Naturaleza.
JAVIER: La cultura es muy exigente, no nos deja soñar con cosas imposibles y nos exige renunciar a hacer lo que nos dé la "real" gana.
JORGE: El orden y la limpieza son preceptos esenciales de la cultura, hacer lo que nos da la gana es desorden, suciedad. También pone límites a las tendencias sexuales y a las tendencias agresivas, a la hostilidad. Pero suprimida la civilización, lo que queda es el estado de naturaleza, mucho más difícil de soportar.
JAVIER: Si ha habido transformaciones sociales ¿por qué no hemos conseguido acabar con la guerra?
JORGE: Por extraño que parezca, somos pacifistas por razones estructurales, sin embargo los intereses de algunos nos han terminado llevando a guerras, siempre intereses económicos, unas veces para mantenerlos y otras porque han sido perdidos, muchas guerras fueron por causas intestinas, por riñas por una herencia entre hijos de reyes, por la energía, por el petróleo, por una ofensa, por una mujer, la literatura lo toma y existen temas que conmueven todas las épocas, ¡quién no recuerda el llamado rapto de Helena por Paris, la guerra de Troya, rapto o no, hizo que una guerra comenzara. Intereses económico-políticos o interese económicos psíquicos.
JAVIER: Entiendo, la guerra es por la propiedad privada, en esos tiempos también la mujer se consideraba propiedad privada.
JORGE: No creas que hemos cambiado tanto, no hay cambio general, los cambios comienzan en pequeños grupos humanos. Hay que hacer un trabajo para cambiar y con algo que piense que es posible el cambio....con psicoanálisis, ¡mi sesión!, voy a llegar tarde, lo siento Javier, me tengo que ir, nos vemos en casa.
Jorge se fue casi corriendo mientras pensaba si llegaría o no a su sesión.
JORGE: He llegado por pura casualidad, estaba hablando con Javier, mi hijo, está en esa edad en que gusta hablar de cosas trascendentales..., aunque pensándolo mejor tal vez es cuando comienza a gustarnos y después ya no podemos abandonar ese placer...también nos gusta hablar de tonterías... aunque el psicoanálisis eleva a las tonterías a categoría de interés científico, cuando dice que ahí hay algo censurado. La tontería está más cerca de la verdad que la racionalización. No sé por qué entre los intelectuales tiene más prestigio hablar de temas llamados intelectuales que hablar de cualquier tema como un intelectual. ¡Cuánto prejuicio! Einstein tenía razón cuando decía que es más difícil romper un prejuicio que un átomo. Tal vez hablo de esto porque yo nunca quise tener hijos y resulta que he terminado teniendo dos. Al principio los trataba mal porque me parecía que eran la causa de que yo hubiera roto uno de mis principios, cuando en realidad era un pensamiento que se puso de moda cuando yo era joven, ahora pienso que era una corriente de opinión, un modelo ideológico, que trasmitía el Estado desde el pensamiento de que éramos muchos en el mundo, que el mundo se iba a desbordar, se fomentaba el control de la natalidad, estaba mal visto ser como los animales "irracionales" o como los países que no podían gozar de las instituciones culturales existentes...tal vez las exigencias culturales hace que en los países más civilizados la procreción haya disminuido...¡vaya, parece que sigo hablando con mi hijo!
PSICOANALISTA: A veces no sabe si el mundo existía antes que usted o al contrario.
JORGE: Sí, a veces llamo a mi hijo Javier con el nombre de mi padre y a mi padre con el nombre de mi hijo.
PSICOANALISTA: Continuamos la próxima
JORGE: ¿No es pronto?
PSICOANALISTA: ¿Para qué?
JORGE: No, para nada, su pregunta ha hecho que mi frase pareciera una propuesta, en lugar de una queja. Está claro, quería seguir...con usted. Hasta la próxima, doctor.
Jorge se fue pensando que era muy apresurado, no había conquistado su cuarta sesión y ya quería llegar a lo que ambicionaba, la quinta sesión, "a veces ambiciono más de lo que puedo..como dice la canción: como un rayo de luz que no alcanza ninguna oscuridad para alumbrar. ¿Cómo hará mi psicoanalista con estas cuestiones?"

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