martes, 24 de febrero de 2009

SESIÓN TREINTA

JORGE: Quiero decir...digo...que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha...todo lo que diga...o mejor dicho, según quien me escucha así hablo, así digo...¡qué importante es tener a quien hablar! bueno es una condición necesaria y primera, para poder hablar..., y más si el que habla sabe que el que escucha distingue entre lo dicho, lo no dicho, lo dicho no y lo indecible...,es curioso esto del decir ...esto del dicho...está lo que se dice, lo dicho, el texto manifiesto, necesita abrirse para saber qué dice...abrirse cadenas de palabras que avancen y retrocedan hasta volver a lo dicho...está lo "no dicho" , lo no dicho porque está reprimido, cadenas significantes que funcionan sin que yo sepa de ellas, pero que no dejan de hacer ruido...cuando interrumpen la coherencia de una frase, cuando desencadenan la cadena, cuando se repite una palabra...lo dicho, lo no dicho..., lo dicho no, lo made en el inconsciente, lo "no dicho", lo negado, verdad negada verdad confesada, "no vaya usted a creer que la mujer de mi sueño es mi madre", o "no vaya usted a creer que mi madre es la mujer de mis sueños", ¡ja, ja, ja! , una forma de decir lo "reprimido" sin que deje de ser reprimido para el que lo dice...parece que le estoy dando una lección...bueno, como es sobre algo que usted sabe más...será que quiero que usted me apruebe, me aplauda, ¡vamos, una forma de decirle que deseo lo que usted desea!...¿tal vez está prohibido desear lo que otro desea o es algo necesario e inevitable?...¿está prohibido desear la mujer de tu prójimo o la mujer del padre?...pero usted no es mi padre es mi psicoanalista...y no deseo a su mujer...si la tuviera...deseo estudiar psicoanálisis y el psicoanálisis no es de nadie...yo siempre he hecho incursiones en otros saberes que los que me indicaban en mi especialidad...además quién dice que no hace a mi profesión..., yo me lo guiso yo me lo como, no es algo que el mundo no me permite, ni algo que usted no me permita...hay cuestiones que nuestra manera de pensar no nos permite...porque usted me permite estudiar...¿no es así?
PSICOANALISTA: Si usted necesita mi permiso...no debe ser para algo que ya está haciendo.
JORGE: Parece que no lo he necesitado porque ya lo hago... ¿y qué permiso le estaré pidiendo...me estaré pidiendo? No quiero otra sesión...no, no y no...lo dicho no...¡qué manera de quedar atrapado por mi propio deseo!
PSICOANALISTA: No habrá, por ahora, otra sesión...hablaremos de ello...en un año, si le parece.
JORGE: Gracias, doctor, necesitaba un límite, sé que usted lo ha hecho porque en mi discurso estaba todo mezclado..no discrimino lo que tengo...todavía no sé contar hasta cuatro y ya quiero cinco...sin embargo los límites me ponen furioso...siento un poco de odio hacia usted...digo un poco porque decir odio y hacia usted es algo que no tolero..., menos mal que sé que usted lo tolera...no es hacia usted sino hacia los límites...los límites de un país hacen al país, mis límites también me hacen a mí..., es la primera vez que me doy cuenta, que puedo contar el número de mis sesiones...cuatro...cuatro...cuatro...
PSICOANALISTA: ¿Siempre exagera o sólo le pasa con las cifras?
JORGE: Sí, parecían 444, a veces me dicen que soy exagerado...cuando enseñaba algo a alguno de mis hijos...hasta que no aprendían algo no podía parar...lo importante es tener alguien que te enseñe, esa es la única manera de aprender...así como para hablar lo importantes es tener alguien que te escuche...no me he curado por hablar sino porque tenía alguien a quien hablar...como mis hijos aprendían porque tenían alguien que les podía enseñar...es difícil salirse de ese lugar opaco, ese lugar de sujeto supuesto saber...esa forma tan académica, tan universitaria, como si el saber tuviera propietarios, cuando sólo tenemos el saber que previamente se nos atribuye o atribuimos...no es mejor tener cinco sesiones sino la posibilidad de llegar a tenerlas...
PSICOANALISTA: ¿Tener o no tener?
JORGE: ¡Cuántas veces decimos tener o no tener! , las sesiones se hacen no se tienen, los hijos se hacen no se tienen...el tiempo se hace no se tiene...el amor se hace no se tiene...es la diferencia entre pensar cualquier cuestión con trabajo o pensarlo con pensamiento mágico...muchas veces porque sabemos una cosa ya creemos que sabemos hacerla y no es así, saber hacer es otra cuestión...una cosa es esto que estoy diciendo que muestra que lo sé y otra cosa es que esto se haga carne en mí, dejar aprender...dejar hablar...dejar aprender a hacer...a veces me admiran esos maestros que no corrigen en medio de la acción de aprender...parece fácil...lo fácil y lo evidente...también lleva un trabajo para que lo fácil sea fácil y lo evidente sea evidente...estamos tan mal acostumbrados, tan mal enseñados...estamos en los carriles de un idealismo que sólo nos lleva a la inoperancia...tenemos ideas sobre todo...sobre el amor...sobre el trabajar...y los conocimientos no son sino prejuicios, juicios previos al acto de saber hacer...saber sin saber consciente..., esa idea de animal racional nos condena a una censura que nos conduce al absurdo y al ridículo...y a los sentimientos patéticos: el temor y la compasión, el deseo en forma de temor...temo...deseo...y la compasión, una pasión compartida, una idenfificación al que padece....no sé...tal vez este siglo tampoco conozcamos nada del hombre y de la mujer...quiero decir que sólo algunos llegaremos a vislumbrarlo pero no llegaremos a gozar de ello...¡no me importa! ¡gozaré de lo que me sea dado llegar con el pensamiento!, sabiendo que algún día será el pan de cada día, que llegará a ser un vivir cotidiano...ahora vivimos en el concepto de gravedad como si la humanidad lo hubiera hecho desde siempre...algún día se vivirá en el concepto de inconsciente como si fuera desde siempre...¡las cosas nunca son desde siempre y tampoco para siempre!
PSICOANALISTA: Continuamos la próxima.
JORGE: Gracias, continuamos la próxima.
Jorge cuando salía se cruzó con una paciente, saludó sin obtener saludo alguno, sólo una mirada de reprobación, y se fue caminando y pensando "crecer es tolerar la existencia de otros, como paciente tengo mayores y menores...y tal vez iguales...ésos me parecen más semejantes...ésos me cuesta más tolerarlos...¡qué afán de ser únicos! ¡tenemos el romanticismo metido hasta las cenizas!"

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