lunes, 19 de enero de 2009

SEGUNDA SESIÓN

Jorge se mantenía firme frente a la puerta, aunque hacía más de 10 minutos que esperaba, sin dudar ni de su psicoanalista ni de sí mismo. La puerta se abrió y aparecieron lsu psicoanalista y otro hombre, que intentaba salir, mientras el cuerpo de Jorge se o impedía con movimientos paralelos a los suyos. Cuando Jorge detuvo sus movimientos y quedó a un lado de la puerta, el otro hombre salió.
JORGE: No me esperaba que hoy precisamente me hiciera esperar y encima que en mi horario atendiera a otras personas. Caminaba con parsimonia y sin volverse a mirar a su psicoanalista, que seguía sus pasos, continuó. ¿No me dice nada? Y sin esperar respuesta alguna, tumbándose en el diván, mejor no me diga nada, no me gustan las excusas. Hace un silencio mientras hace un gesto como que mira el reloj, ayer llegué tarde al trabajo... bueno en realidad llegué demasiado pronto... tenía que tomar una decisión ...y todavía no la he tomado.
PSICOANALISTA: Tal vez la decisión que no ha tomado es la de analizarse.
JORGE: Usted no sabe a lo que me dedico, pero decidir si trabajo o no para una empresa de la competencia es muy fuerte... bueno en realidad es de la competencia de uno de mis mejores clientes, claro que el trabajo que yo hago ni hace ni deshace, no da ventaja a ninguna de las empresas... no entiendo porqué no me he decidio antes... tampoco era tan complicado... Por cierto, quería hacerle una pregunta, ¿me puedo analizar con usted siendo como es el psicoanalista de uno de mis mejores amigos?. -Y sin detenerse- Bueno usted como yo podrá trabajar para dos clientes diferentes ¿no es así?
PSICOANALISTA: ¿Continuamos la próxima?
JORGE: Eso quiere decir que sí.
Se levanta con agilidad del diván, mira detenidamente la hora y se sorprende:
JORGE: Pero si todavía no es mi hora.... pero si he llegado una hora antes...pero cómo ha podido ocurrir....cómo no me avisó... bueno si usted me ha atendido es que no está mal ... será que deseaba analizarme con usted y quería saber si me aceptaba... ¿no le parece?
Suena el timbre insistentemente.
PSICOANALISTA: Si hoy desea otra sesión puede venir a su hora.
JORGE: Ese sí que es impaciente...vaya manera de timbrar. Nos vemos en media hora.
PSICOANALISTA: Hasta la próxima
Jorge se apresura hacia la puerta de salida, tiende su mano hacia el psicoanalista y éste se la estrecha.
Cuando la puerta se abre hay un hombre joven a unos cinco metros de distancia de la puerta que mira hacia otro lado mientras espera que se despidan.
Jorge aprovecha su discreción para observarle y piensa "menuda sorpresa se va a llevar cuando me vuelva a ver cuando salga de su sesión".

1 comentario:

  1. llevo dos sesiones y me encanta el blog. un gran acierto. resulta hasta divertido. enhorabuena.

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