miércoles, 28 de enero de 2009

DÉCIMA SESIÓN

JORGE: Un signo somos, sin interpretación. Desde que he salido de mi despacho he comenzado a pensar en el sueño que he tenido esta noche, he asociado y hasta me he interpretado...ahora no recuerdo nada, bueno recuerdo que lo he olvidado, dicen que aunque sólo recuerdes un poquito es suficiente, pero yo no recuerdo nada, sólo que lo he olvidado.
PSICOANALISTA: Ya no me necesita ni un poquito.
JORGE: Ahora lo recuerdo todo, en realidad si se está fuera de sesión y sin psicoanalista no está claro que sea sueño ni que sea interpretación, ¿no es así?
PSICOANALISTA: Ahora me necesita hasta para confirmar que su frase es una frase. Me parece que es usted un poco extremista.
JORGE: Sí, me dicen que siempre pienso en blanco o en color, que mis elecciones son demasiado radicales, que soy muy drástico en mis juicios, que me enamoro y desenamoro con la misma intensidad, un amigo me dijo el otro día: Jorge, tú o estás en contra del psicoanálisis o te quieres analizar todos los días, no conoces la serenidad. Serenidad, qué palabra, a mí me parece algo propio de los ancianos.
PSICOANALISTA: ¿Lo propio y lo ajeno, lo suyo y lo mío?
JORGE: Muchas veces me pregunto qué es psicoanalizarse, qué lo mío y qué del psicoanálisis...aunque cuando sumo, cuando viajo, incluso cuando leo, nunca me pregunto qué lo mío y qué de las matemáticas, qué de la geografía, qué del libro, ¿acaso no tolero comprar su servicio? ¿no tolero ser un burgués? Dicen que la diferencia entre la burguesía y el proletariado es que unos tienen acceso a los medios de producción y otros a los objetos, por eso un burgués no es un señor con un reloj de oro cruzando su oronda barriga y cualquiera puede comprar cualquier objeto de lujo sin ser un burgués. No tolero ser un pequeño burgués...siempre me acuerdo de aquella película de Buñuel...El discreto encanto de la burguesía...te vas metiendo en una moral, en un modo de vida y después no puedes salir aunque aparentemente no hay nada que te lo impida...ya lo planteó en El ángel exterminador....hablo de cine y usted ¿no me dice nada?
PSICOANALISTA: ¿Ha entrado en el psicoanálisis y ahora no puede salir aunque no haya nada que se lo impida?
JORGE: No sólo con el psicoanálisis, todo lo que comienzo me hace pensar qué pasará cuando termine y eso me lleva a prolongar los encuentros, los amores, los trabajos.
PSICOANALISTA: Querer saber antes es cortar el proceso...
JORGE: Tal vez estoy hablando del posible embarazo de Raquel, ella todavía no sabe si está embarazada y ya quiere abortar. Es muy distinta a Lola, mi mujer, ella no se daba cuenta de sus embarazos hasta los cuatro meses, tampoco se le ocurrió nunca recurrir al aborto. A mí, no me importaría tener otro hijo...me permitiría igualar el record de mi hermano, ¡ja, ja, ja!. Yo soy el pequeño, mi madre siempre dice que fui un embarazo sorpresa porque fue inesperado, no quisieron saber de qué sexo era, y ella siempre imaginaba que eran mellizos o trillizos...vamos que valgo por 2 o 3... bueno tengo dos empresas y estoy a punto de abrir una tercera.
PSICOANALISTA: Continuamos la próxima
JORGE: Sí, lo importante es autorizar los comienzos, luego los finales pertenecen al propio proceso. ¿He entendido?.
PSICOANALISTA: ¿Entendido? ¿Sigue tendido?
JORGE: Usted siempre....trabajando.
Jorge cuando la puerta se cerró a sus espaldas, pensó que el psicoanálisis era muy rentable porque sus pequeños cambios después afectaban a su manera de vivir, a su manera de trabajar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario