jueves, 22 de enero de 2009

QUINTA SESIÓN

El psicoanalista abrió la puerta y Jorge observó que llevaba un elegante abrigo negro, un paraguas del mismo color y se podía percibir una bufanda de tonos verdosos rozando levemente su largo cuello. Jorge pensó, "vestido así parece más alto".
PSICOANALISTA: Hola, ¿qué hace usted aquí?
JORGE: Espero a que llegue mi hora, contestó sorprendido y un poco enfadado.
PSICOANALISTA: ¿Su hora? ¿Qué hora...la de su muerte?
JORGE: ¡No! ¡Vaya cosas que me dice!, la hora de mi sesión, evidentemente.
PSICOANALISTA: ¡Cómo la hora de su sesión! . Por cierto, yo no digo cosas, digo palabras.
JORGE: Bueno, doctor, lo pensaré, gracias por la interpretación, las palabras son palabras y las cosas son cosas. Pero lo que está claro es que usted me dio hora para hoy, jueves, a las 11.30.
PSICOANALISTA: Las palabras son el tiempo de las cosas, las cosas son muy diversas, hay cosas que son objetos materiales y hay cosas abstractas, eso como mínimo. Pero lo que está más claro aún, es que hoy es miércoles y no jueves, como dice usted.
JORGE: ¡Qué horror!
PSICOANALISTA: Si a padecer de procesos inconscientes le llama horror, no sé cómo llamará al horror verdadero.
JORGE: Seguro que ha sido porque llevo varias sesiones pensando en la cuestión de la identidad sexual..
PSICOANALISTA: ¡Está seguro de ello!, pues si también está seguro de la identidad, sí que tiene un problema, sólo el otro está seguro de lo que uno es, pero uno mismo no puede estar seguro, también los significantes pueden suponernos sexuados, además saberse sexuado es suficiente, preguntarse por la identidad sexual ya es un síntoma, y como el síntoma habla, habrá que escuchar de qué se trata en su caso. Nos vemos mañana , a su hora.
JORGE: Acabo de perder toda mi seguridad, he entrado en un alto grado de confusión, usted ha hecho que nada sea como yo esperaba.
PSICOANALISTA: No, usted es el que ha cometido un acto fallido, yo sólo se lo he comunicado.
JORGE: Pero me ha dicho que es suficiente con saberse sexuado, como todos, y que preguntarse si deseo ser hombre o mujer es un síntoma.
PSICOANALISTA: No parece tan confundido, ni tan inseguro, más bien sabe aprovechar las conversaciones con los otros.
JORGE: Usted no es un otro, usted es mi psicoanalista.
PSICOANALISTA: Si yo fuera sólo su psicoanalista, no me contrataría nadie más, ni siquiera usted me habría podido contratar. Yo sólo trabajo para usted el tiempo contratado, sólo compra mi fuerza de trabajo, no me ha comprado a mí .
JORGE: Tal vez hoy me tocaba aprender esto, me toca contratar tres empleados más para mi empresa y tengo acordadas 10 entrevistas.
PSICOANALISTA: ¿Hoy o mañana?
JORGE: No, ha sido un olvido selectivo y preciso, para todo lo demás hoy es miércoles.
PSICOANALISTA: Bueno, tiene permiso para pagarme esta sesión.
JORGE: Gracias doctor, solamente venía para contratar mi tercera sesión semanal, gracias por atenderme.
PSICOANALISTA: Continuamos la próxima.
JORGE: Es increíble esto del psicoanálisis, lo importante no es el sillón o el diván sino el paciente y el psicoanalsita. Hasta la próxima, hasta mañana a las 11.30.
Jorge se quedó mirando como se alejaba su psicoanalista con una sensación de haber logrado algo, una satisfacción recorrió su cuerpo y comenzó a caminar pensando "tal vez las cosas más importantes se hagan sin participación de la conciencia, tal vez el inconsciente sea un aliado en lugar de un enemigo, como yo pensaba antes de comenzar este análisis"

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