viernes, 23 de enero de 2009

SEXTA SESIÓN

Jorge no tenía en el bolsillo secreto de su chaqueta los datos de la empresa que hubiera querido visitar antes de ir a su sesión, así que decidió sentarse en la cafetería a la que acostumbraba ir cuando era adolescente y que estaba sólo a 200 metros de la consulta de su psicoanalista. Su sorpresa fue cuando comprobó que ya no era aquella cafetería, pero aún fue mayor cuando comprobó que el bar minimalista que parecía un cubo perfecto en todas sus direcciones, largo, alto y ancho, todavía ofrecía su cerveza australiana favorita, y no sólo eso, el mismo camarero, con el mismo aspecto y los mismos andares característicos, salvo su pelo blanco y dos leves cicatrices en la frente, se acercaba a su mesa, y le recordaba.
CAMARERO: ¡Don Jorge...qué sorpresa..!
JORGE: ¿Por qué me llamas don, si la última vez que nos vimos me llamabas Jorge?
CAMARERO: Bueno, por un trauma que sufrí ya hace un año...
JORGE: ¿Un trauma..? ¿Qué término es ése para hablar de ti, qué quieres decir con trauma?
CAMARERO: Hace un año vino Don Mariano, ¿recuerdas?, tu compañero de colegio...
JORGE: ¿Mi amigo del colegio....Mariano Cancedo?
CAMARERO: Sí, ese mismo. Me saludó muy amable, y cuando le llamé Mariano, me agarró por los hombros, inmovilizándome, y me dijo: "lo cortés no quita lo valiente", y todavía continuó, "hay personas que nacen en la cuna y no se sabe dónde morirán". Me quedé en tan mal estado desde entonces que ya he tenido tres accidentes de moto. Eso sí he salido casi ileso de las tres, sin embargo he dejado en el camino a tres mutilados.
JORGE: ¿Mutilados?
CAMARERO: Sí, los tres hombres, más o menos de la misma edad, -y deteniéndose- más o menos de tu edad.
JORGE: ¡De la edad de Mariano, vamos, no me digas más!.
CAMARERO: No me digas eso..., hay que verlo para creerlo, siempre pagan justos por pecadores...
JORGE: Bueno, pues para de hacer injusticias, acepta que en el mundo hay diferentes personas, no todos somos Mariano.
CAMARERO: Tienes razón, también hay Jorges.
JORGE: Bueno, será mejor que tengas una mirada un poco más múltiple, ni única ni dual, vamos ni sólo papá ni sólo mamá, pero tampoco sólo papá y mamá.
CAMARERO: Gracias Jorge, gracias hermano.
JORGE: ¡Ya estás de nuevo!. Ten en cuenta que con los hermanos también tenemos sentimientos contradictorios.
CAMARERO: ¿Pareces un psicólogo?
JORGE: No exactamente, soy un psicoanalista.
Llaman al camarero desde otra mesa interrumpiendo la conversación y cuando Jorge mira la hora decide ir caminando hasta la consulta de su psicoanalista.
Cuando llega, toca el timbre, su psicoanalsita le abre la puerta, y cuando se tumba en el diván comienza a hablar.
JORGE: No sé, no entiendo porqué, pero hoy me he hecho pasar por usted...bueno, no por usted, por un psicoanalista...en realidad no quería hablar de mí con esa persona, así que cuando tuve una oportunidad de ocultarme, lo hice...Lo sorprendente es que fue el otro el que me lo sugirió....hay veces que uno no miente, es el otro el que lo requiere, lo exige, lo impone, lo desea, lo...lo...
PSICOANALISTA: Parece que está un poco neutro.
JORGE: Lo que estoy es neutralizado por una empresa que quiere quedarse con parte del campo del Real Madrid y me lo quiere cambiar por una parte del Atlético de Madrid....no sé qué pensará usted, pero sólo me refiero a un trabajo para estas empresas..
PSICOANALISTA: ¿Y usted qué pensaba?
JORGE: Pensaba que usted pensaría que me estaba pavoneando, parecían palabras de un empresario de alto standing y lo soy, pero no tanto.
PSICOANALISTA: ¿No tanto como quién?
JORGE: Esto del psicoanálisis parece magia o adivinación...
PSICOANALISTA: Tal vez lo que pasa es que le gusta negar el trabajo.
JORGE: Sí, mi trabajo siempre me parece mucho y el de los demás, sobre todo el de mi hermano, siempre me parece un paseo. Me refería a mi hermano, no sé cómo hace que siempre me saca ventaja...o será porque es mi hermano mayor. Con su trabajo no me pasa, doctor, su trabajo me parece... que sería el que me gustaría para mí...hoy hice una interpretación... una pequeña interpretación...pequeña, sí... pero puede que haya salvado a varios hombres de acabar mutilados... ¿Entiende, doctor?, muti-la-dos.
PSICOANALISTA: ¿Qué quiere que entienda, que terminó con las dos sesiones, y que ahora tiene tres?
JORGE: Muti, muda, la dos, la dos quedó muda o me mudé de la dos, ¡ja,ja,ja! Uno siempre dice otra cosa que lo que dice, ¡es increíble!, si no le pasa a uno, claro está. Se tendría que analizar todo el mundo, lo tendría que cubrir la seguridad social....si fuera asi se analizaría todo el mundo. Aunque gratis...tampoco es suficiente...algo se tiene que necesitar, querer o desear... o las tres cosas. ¿entiende lo que quiero decir, doctor?
PSICOANALISTA: Yo ya me he enterado de que tiene tres sesiones, le tengo en mi agenda tres veces por semana, ahora es usted el que las tiene que hacer. ¿Continuamos la próxima?.
JORGE: Sí, claro, no entiendo porqué me lo pregunta...no me lo diga... es para que sepa que vengo por mi deseo.
Jorge sonreía con complicidad cuando se despidió del psicoanalista en la puerta. Se fue pensando si su psicoanalista también interpretaría a los camareros.

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