jueves, 16 de abril de 2009

SESIÓN CUARENTE Y OCHO

JORGE: Hoy, soy otro... soy..., el que nunca podré, el que no asume lo que le toca, el que se cae antes de ponerse en pie, el que no ocupa un lugar en tierra sino bajo tierra, el que muere antes de nacer, el que está seguro de lo peor e inseguro de lo mejor, el que no requiere ningún silencio para cerrar la boca, el que quiere que todo sea para siempre, cuando "todo" no hay y "siempre" no ocurre nunca, el que está en el mercado cuando no hay mercancías y vende lo que nadie demanda, el que quiere vivir cuando toca morir, el que ama definitivamente y el que nunca ha amado, el que tiene sentimientos cuando toca pensamiento, el que tiene pensamientos cuando toca sentimiento, el que no quiere que nadie le rompa el corazón y el alma que no existe..
PSICOANALISTA: ¿Y usted dónde está?
JORGE: ¿Soy o estoy? Soy bajo su escucha y estoy hablando como me imagino que debe hablar alguien que ha descubierto, una vez más, una vez menos, que voy a envejecer, que no soporto el desprecio y cuando envejezca lo soportaré menos...soy hijo del miedo y la impostura, me arrojaron al mundo como si el mundo no fuera ignoto...ignorante de mí, no había nada en el mundo que estuviera preparado para mi llegada, no había mundo para mí, no me avisaron que tendría que hacer un mundo o no habría mundo para mí, el mundo no estaba hecho..., bueno, estaba hecho por otros y para otros, y lo peor..., todavía no sé cómo quiero que sea mi mundo...no sé ni siquiera si quiero que haya mundo...
PSICOANALISTA: Algún mundo habrá hecho, lleva 30 años haciéndolo, aunque no le guste.
JORGE: Mi mundo es de un solo color, color Jorge, color de distancia, esa que separa la sombra... de los cuerpos, esa que alumbraran mis huesos y sus fuegos fatuos , todavía no he nacido...y ya he muerto...
PSICOANALISTA: ¡Ah, es usted inmortal, ahora entiendo!
JORGE: ¡Ja, ja! No tengo ganas de reír..., tal vez sea por inmortal, un mortal siempre ríe, incluso entre lágrimas, en cambio un inmortal se ha hecho estatua, se ha petrificado, sólo se duele, y no un dolor de existir que no duele, un dolor de lo quieto, lo inmortal está más muerto que lo vivo que muere..., lo inmortal no se descompone..., sólo se compone, sólo se pone con...ayer...fue terrible...como si el mundo se acabara...hacía varios meses que no me pasaba...sufrí de impotencia...una impotencia definitiva...desde el principio...ella..., no sabía cómo se llamaba y de pronto me dijo su nombre y todo el fuego...dejó de ser fuego, todo se enmudeció en mí, el silencio cerró mi boca...me dejó fuera de combate...
PSICOANALISTA: ¿En qué guerra estaba?
JORGE: Se llama como mi hermana...con la que estoy en guerra permanente...cuando éramos pequeños, ella se paseaba desnuda frente a mí y jugaba a ser actriz de cine, era Cleopatra, era Barbarella, era...siempre una mujer seductora...y yo un espectador que sólo tenía derecho a mirar...ella se acercaba hasta casi rozarme y no me permitía ni mezclar nuestras respiraciones...a veces me tocaba, porque su guión lo requería, pero yo no podía tocar...los esfuerzos que hacía para que ella no notara que me excitaba...produjeron en mí...más dolores que goces...hoy día, cuando estamos cerca yo tiendo a paralizar mi cuerpo...quedo..petrificado...tal vez la confundí con mi hermana...
PSICOANALISTA: Si a usted le parece...
JORGE: Me he quitado un peso de encima...me he quitado... una piedra de encima...¡qué gozada estar vivo...y qué suerte no haber caído en la tentación! Me refiero a mi hermana, ayer podría haber ...
PSICOANALISTA: Algún día tendrá que renunciar a su hermana...
JORGE: No caí en la tentación, pero he quedado en estado de caída...¡ja,ja,ja! Renunciar a nada, hay que renunciar a nada...ahora lo entiendo...no sé lo que me llevará la renuncia...
PSICOANALISTA: ¿Teme perder algún goce?
JORGE: Tal vez, la imagen de mi hermana desnuda es una fantasía que uso para dormir...es como un somnífero...¡qué barbaridad, pienso en mi hermana todos los días!
PSICOANALISTA: ¿Teme perder a la mujer de sus sueños?
JORGE: Sí, siempre pienso que algún día...encontraré a la mujer de mis sueños...y ya sé que no hay relaciones hechas, hay que hacerlas...tal vez si comenzara de nuevo...
PSICOANALISTA: ¿Continuamos la próxima?
JORGE: Sí, gracias, continuamos la próxima.
Jorge caminaba con paso firme, mientras pensaba "si la impotencia es una infidelidad, ¿qué será la infidelidad?, me hace feliz que las cosas no sean como parecen."

1 comentario:

  1. Muy interesante este caso clínico,cumple con la asociación libre. Claro el psicoanalista tiene su mérito.Sabe escuchar y sabe intervenir.

    ResponderEliminar