viernes, 24 de abril de 2009

SESIÓN CINCUENTA

JORGE: No hay otra representación del ser que el "vivir", no hay otra posibilidad para el que habla que el goce de vivir, habitamos el lenguaje y sólo él nos permite gozar del vivir..., la vida no existe, sólo puede ser vivida..., me asombro ante lo simple y habito en el asombro, pero, ¿ cómo llegar más a menudo al asombro?..., ¿cómo gozar?, ¿cómo puede uno quedarse quieto ante algo que nunca zozobra? Podemos ocultarnos de la luz, pero no de la sombra, somos el sueño de una sombra..., somos "como un rayo de luz que no alcanza ninguna oscuridad para alumbrar". Permanecemos ocultos los unos a los otros, así estamos presentes entre otros, esa es la presencia de lo presente...
PSICOANALISTA: ¿Se oculta tras sus propias palabras...?
JORGE: Me encanta rodearme de palabras...el mundo es fuego que dura y yo soy una duración que se apaga...y paga...hoy es día de pago..., eso siempre me altera...
PSICOANALISTA: ¿La palabra dinero?
JORGE: ¡Ja, ja, ja! Para usted será una palabra, para mí es un fuego que arde, me quema permanentemente, para mí es un regalo, "llevar una vida regalada", me regalaron la vida y también mi primer dinero..., algo que le pasa a cada quien, la diferencia está en lo que cada uno haga con ello, pero...una palabra...los dineros...din eros, el ruido del eros...las lágrimas de Eros...ese es el título de un libro de Bataille...donde quiere demostrar que no es la necesidad de trabajar la que hace hablar a los humanos sino la necesidad de hacer el amor, la necesidad de reproducirse...para Freud las dos cosas son inevitables para el que habla, nadie nace por sí mismo y sin el trabajo de muchos no se puede transformar la Naturaleza. Nadie puede solo, nacemos prematuros, tenemos un ideal de no-dependencia porque nacemos en estado de dependencia máxima..., cuando alcanzamos otra dependencia máxima que es la del lenguaje , conseguimos otro grado de libertad...la libertad es relativa a los compromisos, a la dependencia...cuanto más dependemos más libres somos...¡qué paradoja! ¡pero es así! ¡todo depende del uso de la palabra!, digo fuego, "el mundo es fuego que dura", "fuego sacrificial", "el fuego del hogar", "el fuego de mi corazón enamorado", "mujer de fuego", "poesía de fuego", en "el fuego" está el arder sin llama, el llamear, "somos llamas del mismo fuego", pero en el fuego también está el "extinguir", el "herir", pero arder sin llama y a la vez llamear es un hecho de la palabra...¿cómo podría alguien mortal no dirigirse a los humanos?, siempre somos otros cuando hablamos y siempre hablamos para otros...
PSICOANALISTA: ¿También para mí?
JORGE: Usted es un inmortal...el psicoanalista me refiero...usted doctor está presente, es una presencia perdurable....perdura-able... perdura y habla... y porque es mi psicoanalista por contrato...yo puedo hablar. Hablar no es hacerlo de cualquier manera, me refiero que si no hay pacto previo no hay escucha ni habla... es en el lenguaje y cada vez , que se forja el que escucha y el que habla..., se suelen dar consejos que más que curar enloquecen..., se aconseja que hablen solos...una cosa es leer en voz alta, hablar en voz alta y a solas, y, otra cosa es "hablen solos"...es difícil y es fácil entrar en la locura, hoy he leído un poema que se titulaba "Límite Otro: La locura" donde me pareció leer que la locura era un límite y era un instante, cuando el instante se prolonga deja de ser límite, el final del poema era brillante, en un doble sentido: "Brillantes perlas de marfil/ cerrando el paso/ de la marcha del hombre/ hacia la muerte." Lo que impide la marcha del hombre hacia la muerte, también impide el vivir.
PSICOANALISTA: Que el ánálisis sea interminable no quiere decir que los que se psicoanalizan sean inmortales.
JORGE: ¡Ja, ja, ja!, así es, aunque muchos psicoanalistas cuando leen "Psicoanálisis terminable e interminable" , no leen "e" sino "o", y leen que el psicoanálisis puede ser terminable o interminable, en lugar de leer que para Freud el psicoanálisis es terminable y, también, interminable. También Lacan en "Acto psicoanalítico" trabaja el acto analítico como repetición, donde la verdad como acting out, habla, como operación del Inconsciente, ahí donde no somos, en el des-ser, y alienación como pasaje al acto, habla, como operación del Ello, ahí donde no pensamos, convergen en la repetición, donde no somos y donde no pensamos, donde el acto de hablar es verdadero... somos y estamos atormentados y torturados por el lenguaje. No ser es terminable, pero no pensar es interminable.
PSICOANALISTA: ¿Está pensando en su fin de análisis?
JORGE: Me pone contento pensar que usted considera que he comenzado mi análisis...gracias, lo difícil es comenzar, terminar forma parte de haber comenzado, no me tengo que ocupar de eso..., es como morir, lo importante es haber nacido, morir forma parte del nacer..., aunque se puede vivir ajeno a ese hecho, de espaldas a ello...al ello, al yo y al superyó, ¡ja, ja, ja!, esto es como comer y cantar...digo como coser y cantar...auqnue parece un decir de una mujer...mi fallido debe ser una cosa de mi hombría...
PSICOANALISTA: También puede ser una cosa de su inconsciente, ¿no le parece?
JORGE: Puede ser, comer, comer, co-mer, co de cooperar o de compañía, y mer de mére, madre en francés, "en compañía de mamá"...¡ja, ja,ja! psicoanalizarse es tan fácil como estar en compañía de mamá y cantar...cosa más fácil no se me podía haber ocurrido de manera consciente..., no sé porqué le atribuyen al inconsciente las maldades, cuando siempre trabaja a favor, excepto cuando lo consciente se opone y deja todo desordenado y confuso, la censura consciente produce un desorden que estropea la posibilidad de escuchar la lógica del inconsciente..., ya ha operado la censura entre preconsciente e inconsciente, censura que se sabe cómo trabaja, mientras que si opera la censura consciente, si oculto una ocurrencia, hace que desconozca el modo de operar de la censura estructural. Freud dice que "asociar libremente" es un trabajo de menos, porque hay que apartar la censura consciente, hay que abandonar el trabajo de ejercer la censura consciente, tengo que decir todo lo que se me ocurra, me agrade o me desagrade, sea a mi favor o en mi contra..., y sobre todo lo que me parecen tonterías o no me parece importante...lo reciente y lo indiferente...parece una broma pero es para despejar el verdadero discurso del inconsciente, el trabajo de los obreros del inconsciente, la condensación y el desplazamiento...la metáfora y la metonimia...la metáfora del sujeto y la metonimia del deseo.
PSICOANALISTA: También podría hablar...
JORGE: Quiere decir que teorizo mucho más que lo que practico..., asociar libremente es algo que me produce tanto placer...que me resulta insoportable...el insoportable brillo del goce inexistiendo entre mis manos hechas de agua y sed, al unísono y todo lo contrario...algunos creen que eso es asociar libremente, pero eso tiene más que ver con la creación...asociar libremente es la puesta en acto del significante, y un significante representa al sujeto para otro significante, representa al sujeto para el saber inconsciente...tampoco es asociación de palabras...algo así como: ¡azul! y yo respondo Rubén Dario, ¡negro! y yo respondo Goya...,etc...a una palabra otra palabra, tampoco es el test de Rochard, donde según las respuestas a determinados dibujos entrarás en un diagnóstico o en otro...la asociación libre es: asocie libremente que no lo conseguirá, porque hay determinación inconsciente. ¿Y por qué sigo teorizando en lugar de asociar? ¿Acaso me defiendo de mi deseo? ¿De mi desear, de desear deseos? ¿Acaso teorizo para no darme cuenta que deseo su deseo de psicoanalista? ¿Temo abandonarlo todo por ese deseo?
PSICOANALISTA: Todavía no ha llegado y ya quiere partir.
JORGE: Siempre huyo antes de llegar, ¿de qué huyo, entonces? ¿de mi propio deseo? No puedo dejar de ser arquitecto, porque ya ha quedado registrado, no puedo dejar de ser empresario, porque vivir es una empresa interminable mientras se vive...,
PSICOANALISTA: ¿Qué es lo que no puede?
JORGE: No puedo...¿cómo sabe que no puedo?, no puedo llamar a mi hermano y decirle que uno de sus mejores clientes..., uno que dejó de ser su cliente el año pasado... quiere contratar un trabajo en mi empresa..no sé...me parece una traición...
PSICOANALISTA: ¿Cuándo dice que le traicionó?
JORGE: ¡Ja, ja, ja! En realidad él me traicionó cuando mi novia y él se enamoraron, la que hoy es su esposa y madre de mis sobrinos...bueno, de sus hijos..., todavía la creo algo mía..., tampoco era traición, hacia dos meses que lo habíamos dejado...su cliente tampoco es ya su cliente...un entrecruzamiento de falsas traiciones, de un poco más y son traiciones...¡qué lástima!, en el fondo había un deseo de traicionar...
PSICOANALISTA: Sólo fue un cambio de horario, no fue una traición.
JORGE: Mientras hablaba, estaba pensando que este horario no era el mío.
PSICOANALISTA: ¿Continuamos la próxima?
JORGE: Sí, continuamos la próxima.
Jorge no esperaba encontrar a Laura en la puerta de su psicoanalista, por eso la miró de aquella manera, entre asombrado y alegre. Y se encontró casi confesando.
JORGE: Esta no es mi hora habitual, mi psicoanalista -dijo marcando el mi- me cambió el horario.
LAURA: Tampoco es la mía, así que estamos en paz- dijo entre coqueta y burlona.
Jorge caminaba sonriendo y pensando "nunca pasa lo que se espera y tampoco lo que no se espera"

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