jueves, 7 de mayo de 2009

SESIÓN CINCUENTA Y DOS

JORGE: Hablar sin saber, sin pensamientos previos, hablar de lo que se me vaya ocurriendo, no es lo mismo que hablar de lo que pienso, hablar sobre mí o sobre otros, hablar...es tan fácil y tan difícil, tan humano y tan inhumano..., nunca me pareceré a mis palabras, nunca mis palabras se parecerán a mí, las palabras y yo mismo tienen una relación de vecindad, son aliados y son diferentes, el encuentro es inevitable..., el desencuentro no es posible..., hoy sólo quisiera dormir..., ¿morir?..¿qué quiero?
PSICOANALISTA: ¿Tal vez que no me tome vacaciones?
JORGE: No es el momento más apropiado...para mí, me parece que es un momento donde no podría estar sin psicoanálisis.
PSICOANALISTA: ¿Acaso me va a despedir?
JORGE: Sí, lo simbólico, lo simbólico, pero a veces lo simbólico no sirve...no le voy a despedir, voy a pagar mi análisis, sus vacaciones...
PSICOANALISTA: No, mis vacaciones me las pago yo, no insista.
JORGE: ¡Ja,ja,ja! sus vacaciones deben costar algo más que lo que yo pago, entiendo, ¡cómo somos los apcientes! yo mismo, a veces, creo que usted trabaja sólo para mí, que depende totalmente de mí..., cuando en realidad yo dependo de su trabajo, bueno mi análisis depende de su trabajo y yo dependo de mi análisis...saber el lugar que cada cosa ocupa en mi vida ordenaría incluso mis sentimientos...hay sentimientos que no son ni siquiera míos, ni de mi vida, son sentimientos que provienen de mi desorden..., de no saber quién soy, dónde estoy, cuáles mis relaciones, cuál mi lugar en cada una de mis relaciones..., ¿qué las relaciones?
PSICOANALISTA: Tal vez..., el psicoanálisis nos pone en relación
JORGE: ¿No tenemos relación? Tal vez eso pasa en todas las relaciones...para que haya dos tiene que haber tres...es el psicoanálisis el que nos pone en relación, es el amor...de transferencia, el que nos pone en relación..., amo y odio, en usted...y también las relaciones que mi deseo mantiene todavía con...fantasmas que existieron y con fantasmas que no existieron...se expresan en la transferencia...ahora mismo tengo una sensación de malestar con usted, un malestar intenso e inexplicable...un malestar que si me animara a ponerle nombre lo llamaría "amor por imposición" y no sé porqué razón se me ha ocurrido este nombre, porque le he llamado nombre...mi nombre, Jorge...a mí me hubiera gustado llamarme ...bueno, sólo sé que me hubiera gustado no llamarme... Jorge...
PSICOANALISTA: ¿Le hubiera gustado no llamarse, le hubiera gustado no tener nombre?
JORGE: Así es, hasta los 13 años siempre discutía acerca de la importancia de no poner nombre hasta los 5 años..., ahora no entiendo porqué...mi nombre me gustaba... pero me hubiera gustado ser el innombrable, el que no tiene nombre..., el que nombra..., la muerte es la innombrable... con tal de no ser mortal quiero ser cualquier cosa, cualquier palabra...la muerte es una palabra, una palabra que si falta el lenguaje no es...bueno cuando hay alguna palabra que no se puede decir quedan afectadas todas las relaciones con el lenguaje...huir...huir...no se puede huir de uno mismo, de la realidad que he forjado, la puedo transformar, la puedo sustituir, pero si quiero huir me quedo sin yo..., eso produce angustia..., cuando en el lugar donde tiene que haber una imagen de mí, una imagen que me dice que soy humano y no otro animal o cosa, cuando en ese lugar no hay nada, sólo un vacío, entonces estoy en estado de angustia...estado de sitio, estado de derecho..., el estado de angustia es más que estar afectado de angustia es haber quedado sin límites y haber recurrido a la angustia para salvar la situación, o es haber necesitado un nivel de angustia para una acción y tener déficit de angustia. No hay nada en sí mismo bueno o malo, no hay palabra buena o palabra mala...la palabra no consiste sino que ocupa un lugar entre otras palabras, también depende del lugar de quién habla y a quién se dirige. Desde Einstein todo es relativo, antes también lo era pero no era un saber común, ahora el que no lo sabe está en falta.
PSICOANALISTA: ¿Qué quiere decirme?
JORGE: ¿Cómo sabe que quiero decirle algo? Quiero decirle que sé que el psicoanálisis y usted podrían existir sin mí, incluso el mundo existiría sin mí, pero yo no podría existir como existo, sin el mundo y sus secuencias, existiría pero sería otro, otro como tantos otros , pero yo quiero saber lo que es un Jorge como yo con psicoanálisis, eso es algo inédito. Antes del psicoanálisis yo era un indiferente, aburrido, típico, con una inteligencia técnica y tecnológica, con una lógica del conocimiento..., casi un gnóstico, ahora sé de un saber no sabido y no tenido, un saber que ni se importa ni se exporta..., un saber que mantiene más relación con el olvido que con el recuerdo, sé más cuantas más veces lo he olvidado, un no quiero saber de eso que cuanto mayor es, me acerco más...un no llegar, un no , una negatividad positiva, una carencia positivo, no un no concepto sino un concepto del no...creo que no se lo voy a decir, parece que hoy no va a ser, es algo que me gustaría comenzar a hablar sabiendo que no voy a llegar a ningún lado y sin saber si me va a servir para algo...así pensaba yo antes, ahora sé que iniciar una conversación inaugura en mí una energía que antes no existía...tal vez sea energía lo que el psicoanálisis me da...a veces hago tantas cosas que nadie lo puede creer...el tiempo y el dinero se parecen en que no se tienen, se hacen. El dinero es tiempo...he roto el sentido "el tiempo es oro" ...¡hay tantas frases que tengo que barrar y barrer con otras frases...!
PSICOANALISTA: ¿Continuamos la próxima?
JORGE: Sí, continuamos la próxima, sé que usted sabe que tiene el compromiso de volver de sus vacaciones.
PSICOANALISTA: Estoy atado a mis compromisos, tengo donde volver.
Jorge caminaba con una alegría que no esperaba y pensó "tal vez nunca se siente lo que se espera porque lo que se espera está enmarcado en una ideología, pero en ninguna realidad. No nos sostiene la estructura social sino los medios de producción, esos con que se fabrican cosas que engañan al goce. Pero nuestro goce depende de nuestra economía psíquica."

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