jueves, 14 de mayo de 2009

SESIÓN CINCUENTA Y CUATRO

JORGE: La verdad no es lo que el otro quiere saber sobre mi intimidad y tampoco es mentira que yo conteste o no conteste. La verdad habla, se escabulle, ronronea, grita, clama, brama, se manifiesta, se desencadena, pero no dice la verdad. La verdad no puede ser dicha, no porque no deba, sino por las propias condiciones de la verdad, porque la verdad es proceso, ya empezó y no ha terminado. La verdad tiene estructura de ficción, estructura significante, siempre es un semidecir, un decir a medias, habla bajo pero se escucha, no lo dice todo pero es suficiente, habla para quien sepa escuchar y esté en condiciones de escuchar...
PSICOANALISTA: ¿Como un psicoanalista?
JORGE: Como un psicoanalista para un psicoanalizante o psicoanalizando o paciente...aunque un psicoanalista puede escuchar también una verdad histórica, una verdad cotidiana...pero ahí no es una escucha transformadora...¿o sí? Si lo escribe, si lo hace escritura, lo más permanente del lenguaje, entonces sí que sería una escucha transformadora...Freud existe y produce efectos aunque no lo lean...siempre hay quien lo lee, siempre hay psicoanalistas, aunque hay épocas históricas donde está muy reprimido..., después el retorno de lo reprimido es inevitable...vuelve más fuerte...pero vuelve censurado, transformado...los futuros psicoanalistas lo tendrán más fácil y más difícil, más fácil porque el psicoanálisis será más aceptado y más difícil porque habrá una tendencia razonadora, una tendencia a hacerlo conocimiento y no es así como se aprende psicoanálisis, en psicoanálisis hay que transformarse al conocer, hay que hacerlo saber...yo creo que es así en toda formación del espíritu científico, pero en otras ciencias no se pretende conocer sino ocupar un lugar en el campo científico, que por campo tiene unos límites precisos, fuera de los cuales deja de ser ciencia..., hoy en día hay una tendencia a aplicar la ciencia y ninguna ciencia se aplica, se trata de la formación del científico, la formación del sujeto de la ciencia, no se trata de información sino de formación...
PSICOANALISTA: Parece que no se puede aplicar el psicoanálisis, parece que me necesita.
JORGE: Sí, al comienzo de mi análisis era mi meta..., aprender para autoanalizarme... después me he ido dando cuenta que no se trata de acabar con el inconsciente sino de producir inconsciente...ahora tengo más horas de vuelo...no quiero ser como una mujer o un hombre que del amor sólo saben hacer el amor, pero no saben amar...quiero analizarme con un psicoanalista...no me interesa saber cómo...mi análisis lo dejo en manos de mi psicoanalista...o en boca...o en manos de la formación de mi psicoanalista...
PSICOANALISTA: Parece que sigue dudando entre su psicoanalista y su mamá
JORGE: Dudo entre sus manos, sus palabras, su formación...pero sólo queda "dudo", y entregarse a mí mismo es como entregarse a mi madre que es la que habita en mí...menos mal que sólo habita en mí cuando creo tener razón, cuando la seguridad me invade, cuando digo no a lo nuevo, a un paso más, una frase más, un trabajo más, cuando dudo entre seguir o abandonar, entre vivir y morir, entre una cosa y otra..., tal vez sea siempre entre mi mamá y lo que me corresponde hacer...otra cosa es entre papá y mamá que sería un grado de estatura...sería como cuando doy un paso y dudo acerca de la dirección...o de la forma, o del tamaño o bien..., se trata de hacer las cosas y cuando se hacen no importa equivocarse, se repite, se insiste y se termina haciendo...cuando se quieren hacer "bien" quiere decir como mi madre indica...porque el padre dice "se trata de hacerlo".
PSICOANALISTA: ¿Se trata de hacerse paciente?
JORGE: Si es una producción...o hay producción o no la hay...la costumbre de decir hacerlo "bien" no es una costumbre, ni es una casualidad...es mamá dirigiendo mi vida, una vez más mamá se ha cruzado en mi camino...es una metáfora y es tan real como la vida misma...lo que no ha llegado a la luz de lo simbólico...lo que no se hace palabra...no muere, deambula como viajero sin tierra y sin hidalgo, sin nombre ni desierto, sin brazos ni piernas atados con sólidos lazos inexistentes, cabalgando entre mundos ilusorios y muertes improvisadas...el habla habla y siempre se hace oír...si hay alguien que escucha.
PSICOANALISTA: ¿Cintinuamos la próxima?
JORGE: Sí, continuamos la próxima.
Jorge caminaba con decisión, se dirigía a casa de Alberto, un amigo que hacia tres años que no veía y le había llamado con "cierta" urgencia, y pensó "le daría las gracias a mi psicoanalista por ser el límite que mis palabras precisan para ser palabras."

No hay comentarios:

Publicar un comentario