JORGE: Para el deseo no hay mundo extenso hay mundo intenso, no hay distancias..., lo digo porque alguien que había leído un artículo que publiqué en una revista de arquitectura, ha conseguido encontrarme...aunque el artículo estaba firmado con mi nombre artístico, "Jónico"..., es difícil cambiar de clase social, la burguesia es la que tiene los medios de producción, la que compra servicios, no es lo mismo comprar objetos que comprar puestos de trabajo..., el estudio del psicoanálisis me ha enseñado que la especie es más grande que el sujeto psíquico y que lo social también es más grande, no se puede luchar contra la especie ni contra lo social, pero como el sujeto psíquico es a la vez sujeto social y sujeto de la especie, en lugar de luchar me puedo psicoanalizar, eso impedirá que quede absorbido totalmente por la especie, como le ha pasado a la mujer durante siglos, aunque no a todas las mujeres les haya pasado, y tampoco que quede absorbido por la clase social que me tocaba ser sin transformarme...psicoanalizarse es transformarse...y así transformar la posición de clase, la posición en la especie...
PSICOANALISTA: ¿La posición como paciente?¿La posición como hombre?
JORGE: Muchas veces he pensado en ser más paciente con la realidad, con los procesos sociales , con los procesos laborales, con los procesos artísticos y, ¡cómo no!, con los procesos sexuales...quiero decir con las conversaciones...conversar es de una complejidad que cuando gozo de una conversación me parece imposible que haya ocurrido, ¡es tan fácil y tan imprevisible!
PSICOANALISTA:¿Es fácil porque está pactado e imprevisible porque la sesión se hace cada vez?
JORGE: Sí, en realidad ha sido el psicoanálisis el que me ha enseñado a conversar, yo antes creía que una conversación era una frase uno y otra frase otro, ahora he aprendido que cada uno somos una conversación, que construir una frase te puede llevar años, días o segundos, porque una frase sin realidad no es una frase, lo real, lo simbólico y lo imaginario están en toda frase y anudados, no es fácil, tampoco difícil...yo pensaba que el decir era lo mismo que lo dicho, no tenía en cuenta mis procesos inconscientes cuando hablaba ni cuando escuchaba, no me incluía en la situación, creía que implicarme era entrar en acción, cuando en realidad era incluirme en la cuenta, saber que yo también estaba en lo que hablaba, que cuando alguien me habla me dice lo que me dice, pero a mí, porque a otro le diría otra cosa, por eso que ahora no pienso cuando hablo ni cuando escucho, sólo sé lo que he dicho desde las palabras de los otros...aún de los que más antipáticos me resultan...son portadores de las frases...pero las frases no son de nadie, se han producido entre todos...todos los presentes y los ausentes, y también todos los fantasmas de cada uno...
PSICOANALISTA: No parece fácil lo que se propone
JORGE: Sí, ya sé que no lo he conseguido, pero pensarlo me hace bien, incluso me permite que algún día me suceda...y no pido mucho, pido que me suceda alguna vez, después si he gozado de ello, habrá una tendencia en mí a volver a encontrar ese goce imposible pero instantáneo y finito...en este momento siento un goce "infinitesimal", que tiende a lo infinito...sin alcanzarlo...lo inalcanzable debe estar siempre presente...hace que alcancemos muchas cosas...pero sin inalcanzable todo es oscuridad o claridad, dos formas de igualdad que no son exactamente humanas...las palabras son humanas, lo demás...nada quiero que no me sea dado vía la palabra y sus secuaces...su cortejo: el silencio, el fallido, la equivocación, la ambigüedad, el error, la mañana que se ha ido, lo ido, lo que ha vuelto, lo que insiste...
PSICOANALISTA: ¿Continuamos la próxima?
JORGE: Sí, necesitaba un punto, continuamos la próxima.
Jorge iba caminando hacia la casa de su madre, hoy comería con ella, cuando pensó, "sin la puntuación nada sería posible ni imposible, sin pulsión de muerte la libido nos llevaría al dolor petrificado, al dolor de existir sin existencia, a la muerte más impronunciable...mamá me protege de la muerte, que siga viva me hace pensar menos en mi propia muerte."
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